Lolizada sobre la costa bonaerense, dentro del éjido municipal de Villa Gesel, Mar de las Pampas resulta un paisaje innovador de glamour entre lo natural y artificial, entre el mar y los bosques encantados.
Resulta increíble que hacia mediados del siglo pasado este lugar no haya sido más que desérticos cordones de dunas. Parece que el bosque con toda su vida siempre hubiera estado allí; sin embargo, éste tiene un origen y una historia.
En abril de 1957 una firma de rematadores publicó un aviso que decía: "Entre Mar del Plata y Pinamar - frente al mar en dos grandes lotes - extraordinario ofrecimiento para hombres de empresa, por orden judicial remataremos...".
Los lotes fueron adquiridos por Antonio Vázquez, Manuel Rico y Jacobo Zceltman, quienes decidieron fundar un lugar turístico que se diferenciara del resto de la costa atlántica argentina. El primer paso fue la fijación y forestación de dunas, materia sobre la cual se contaba con numerosas experiencias, algunas cercanas como la de Gesell en la villa que lleva su nombre, la de Guerrero en Cariló y la de Bunge en Pinamar.